Nama es una mamá palestina más, de las que vive en la ciudad de Gaza. Casada desde muy joven (14 años!) aún no celebra su décimo aniversario de bodas, pero ya tiene 11 hijos.
Si la cuenta no te cierra, hay que aclarar que Nama tuvo dos pares de gemelos, un par de mellizos y luego sextillizos, aunque uno de ellos falleció: Mohamad, Raneen, Daneen, Maram, Ritaj, Farah, Nagham, Ghazal, Malak, Yasmeen y Razan», enumera sin titubeos, aunque para nosotros, sus nombres suenen a trabalenguas.
«Yo creo que es algo hereditario». Nama no sabe bien qué pensar. Pero intuye que hay algo especial en los genes de su familia. «Mi mamá tuvo trillizos», agrega.
También cuenta que se casó a los 14 años y que a los 15, apenas uno más tarde, ya estaba embarazada de gemelas. La reciente maternidad no la asustó. Y fue tan así que otros 12 meses después, volvió a parir gemelas. Y luego, de nuevo de a dos, aunque esta vez fueron mellizos.
Seis criaturas para alimentar, vestir y educar, no es juego y aunque pensaba que ahí debería «cerrar la fábrica», su marido no pensaba igual. Y llegó otro parto. Y fue récord, ya que nacieron ¡sextillizos! Sí, cinco nenas y un nene. Aunque a alegría, ese día, se mezcló con tristeza, ya que a poco de nacer el corazón del varoncito dejó de latir. «Dios quiso que se fuera con él y respeto su decisión. Fue doloroso, pero gracias a él pude volver a casa con mis cinco niñas», relata valientemente.
Día a día con 11 hijos
«Cada vez que me voy a dormir comienzo a soñar en lo que se nos viene al despertar: 11 comidas, 11 cenas, colegio, guardería… Es un trabajo enorme», pero asegura que lo hace con la mayor felicidad.
Y con esa misma felicidad, anticipa que le encantaría volver a ser mamá. «Es algo especial. Y, por eso, me gustaría tener otro hijo«, dice. Y mientras su esposo se toma la cabeza, agrega: «Igualmente, lo pienso para más adelante. Por ahora estamos bien«.
Last modified: 24 noviembre, 2016