La leche materna es un alimento asombroso, repleto de vitaminas y minerales que protegen la salud de tu bebé y favorecen su crecimiento. Desde el calostro inicial, rico en anticuerpos, hasta la leche materna madura en pocos días, es un valioso compendio de nutrientes y anticuerpos excepcionales. Es por esto que titulamos este artículo como el «gran regalo» de la lactancia materna.
Calostro
El calostro es una leche de tonalidad amarilla, con propiedades excepcionales tanto antiinfecciosas como nutricionales, que se produce en los primeros días tras el parto. Contiene lactoferrina, la cual mejora la absorción de hierro en las células intestinales del bebé, además de poseer propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Su composición única estimula el crecimiento de los tejidos del bebé. Asimismo, está enriquecido con sales minerales, oligoelementos y vitaminas. ¿Sabías que el calostro tiene un aroma especial similar al líquido amniótico, lo que facilita que el bebé encuentre el seno?. Increíble.
Leche de mamá, protectora del bebé
Para un crecimiento adecuado, el bebé requiere una nutrición adaptada. La leche materna proporciona todo lo que necesita, incluyendo lípidos de fácil digestión que respetan su delicado sistema digestivo y lo ayudan a aprender gradualmente a digerir nuevos alimentos. Además, la leche materna contiene azúcares que promueven la flora intestinal del bebé, la cual desempeña un papel importante en su inmunidad. Los bebés alimentados con leche materna tienen menos probabilidades de desarrollar enterocolitis necrotizante, alergias, ataques de asma y son más resistentes a virus comunes como el de la gripe.
Compendio vitamínico
La leche materna es rica en vitaminas esenciales para el bienestar del bebé, incluyendo la vitamina D y la vitamina B12. Su composición varía de una mujer a otra según su dieta. Los alimentos que consumes pueden darle un sabor a tu leche, lo que introduce una variedad de sabores a tu hijo desde temprana edad. La única recomendación es comer de todo, especialmente lo que disfrutas. Te sorprenderá descubrir que, cuando sea mayor, le gustará comer las mismas cosas que tú. La sumatoria que desemboca en un gran regalo para tu bebé
Consérvala como al mismo oro
Para preservar adecuadamente las características de la leche materna, es importante utilizar métodos de conservación efectivos. Es recomendable guardarla en el refrigerador directamente después de extraerla, ya que aunque puede conservarse durante cuatro horas a temperatura ambiente, su duración se extiende hasta 48 horas en el refrigerador. También puede ser congelada, manteniéndose hasta cuatro meses en el congelador. Una vez descongelada, la leche materna puede conservarse durante 4 horas a temperatura ambiente o 24 horas en el refrigerador, pero no debe volverse a congelar. Para asegurar una óptima conservación, consigue bolsas de almacenamiento adecuada para leche materna, a prueba de fugas y resistentes. Nunca olvides anotar la fecha y hora de extracción y la cantidad extraída.
El gran regalo de la leche materna deja huella en la vida y salud tanto de tu bebé como en la tuya y tendrá beneficio a lo largo de sus vidas.
