Los tres primeros meses de vida del bebé son determinantes para él y para ti como mamá. Sentirás en algún momento que no estabas preparada para tamaña responsabilidad y para tantas tareas. No te preocupes, no eres tú la que piensa eso. La que piensa eso es la mujer que se siente extenuada, que no distingue el día de la noche y que no se adapta aún a su nueva realidad

Sentirse así es tan natural como aquella mamá que siente que hizo lo mismo durante toda su vida y encuentra el modo de organizarse desde el primer día.

No olvidemos que el poco descanso, la presión de los demás y el fantasma de la depresion postparto no ayudan en absoluto. Pero esa sensación no durará para siempre y cada día que pase, te encontrarás más relajada y tranquila ante tu bebé.

Vivo con sueño

Si ya has escuchado el tip de «duerme cuando tu bebé duerma» hazle caso porque es real. Recompensate con pequeñas siestas a lo largo del día. Lavar platos y ropa pueden esperar un día más.
Los bebés no regulan inmediatamente el sueño. Algunos llegan a los 8 meses y recién duermen la primer noche de corrido. Y ten en cuenta que el ser humano es un animal de costumbres, así que pronto despertarás unos minutos antes de que lo haga tu bebé.
Dormir es importante para no minar tu estado de ánimo y energías. Si tienes alguna amiga de confianza o familiar, pídele que se quede con tu bebe entre una comida y otra. Una mamá descansada puede atender mejor a su bebé.

Cambios de humor

Aparecerán como consecuencia del cansancio y del desequilibrio hormonal. Te declaras la mujer mas feliz sobre la faz de la tierra y a los 10 minutos, estás convencida de que la maternidad no se hizo para ti. Y allí viene la culpa. Y las lágrimas. Y muy probablemente, la cara de tu pareja con la expresión de incredulidad más real de este mundo, que tú interpretarás como enojo o fastidio. Y más lágrimas. Y alguna pelea.
Habla, no te calles. Pide que te comprendan, te den un abrazo y te digan que todo estará bien. Luego lávate la cara y entiende que no eres la única que se ha sentido de esa manera.

Dieta

Sumado al cansancio y a los cambios de humor, puede aparecer el sentimiento de inseguridad frente a tu cuerpo. Si, acabas de ser mamá, de tener una piel que se estiró a lo largo de 9 meses y que no volverá a su sitio inmediatamente. No es momento de hacer dieta: debe alimentarte correctamente aún si no estás amamantando, dado que necesitas de toda la energía posible.
No seas dura contigo mismo. El ir y venir de todo el día y la lactancia materna ayudan a que todo vuelva a su lugar. Y pasado un tiempo, y siempre y cuando tu doctor lo crea conveniente, puedes empezar una rutina de ejercicio, para terminar de eliminar algún kilo de más.

Miedos y vulnerabilidad

La vulnerabilidad en forma de paranoia se puede hacer presente desde el primer momento en que te encuentres sola con tu bebé y sin ayudas de enfermeras o abuelas expertas.
También te puedes sentir en extremo miedosa de que tu o tu pareja o familiar, puedan hacer algo que dañe al bebé. En situaciones así, comprende que te estás alejando de la realidad y ríete de ti misma. Unas buenas carcajadas (que no despierten al bebé!) te ayudarán a relajarte y a poner todo en perspectiva.

Consejos que nunca pediste

Los recibirás de un lado y del otro: pareja, padres, familia política, gente que jamás cargo un bebé y extraños. Tendrás algunos consejos buenos, otros raros y otros francamente malos. Agradécelos, sonríe y cambia de tema. Y llegado al caso, defiende tu postura, porque tu instinto nunca puede equivocarse.

Tareas hogareñas

Si puedes pagar porque te ayuden, sería ideal. También lo sería contar con la ayuda de algún familiar o amigo. Pero si nada de esto es posible, asómate con calma: hoy haces una cosa, mañana otra, pasado, otra más. Mientras el lugar del bebé (y tu bebé) estén limpios, poco importará si crece demasiado la hierba del jardín o si usas ropa sin combinación de colores. Lo primordial es la atención de tu bebé y tu descanso.

Papa sigue siendo tu pareja

La mitad del primer trimestre de tu bebé coincide con tu «cuarentena». No olvides consentir a tú pareja con algún platillo especial o un momento de intimidad. Y planeen futuras salidas en familia y a solas.

Los tres primeros meses de vida de tu bebé pasarán velozmente, trata de no perderte nada de ellos. Compartan juntos todo el tiempo que sea posible y tómense muchas fotos para atesorar. Son tiempos que ya no regresarán.