Sobre la crianza con apego y otros demonios….
Mucho se ha dicho sobre la crianza con apego, mucho se conoce sobre sus ventajas y sus beneficios. Es la manera más natural e intuitiva de criar a un hijo. Entonces, ¿Por qué es tan mal vista? ¿Por qué la crianza con desapego es más conocida y socialmente aceptada? ¿Por qué nos cuesta tanto conectarnos con nuestros bebés?
Esta idea me da vueltas en la cabeza desde que me convertí en madre hace casi 9 años. Yo nunca había tenido un bebé en brazos. No me había informado sobre nada. Sólo tenía libros sobre el embarazo, pero después del parto estaba en blanco. Apenas nació mi hija me la mostraron de lejos nomas y se la llevaron. ¡Un horror para mí! En ese instante decidí que no estaba bien, que no iba a hacerle caso a nadie: ese día ganó mi intuición. Y no me arrepiento.
Desde entonces ha pasado mucha agua bajo el puente: el cochecito se convirtió en perchero, mis trapitos evolucionaron mucho y mis hijas crecen cada día educadas en el amor, en el respeto, siempre en brazos… ¡con apego!
Y llegué a la conclusión de que la crianza con apego no sólo tiene mala prensa, sino, es un mal negocio para muchos: fabricantes (de productos completamente innecesarios), médicos gurúes que venden miles y miles de libros donde fomentan la tortura a los bebés (Método Estivill), programas de TV donde corrigen comportamientos sin solucionar las causas o la necesidad primordial del niño (Superniñera) y así podría seguir un buen rato.
A todas las mamis que eligen esta forma de crianza les aviso: no es un camino sencillo. Está plagado de críticas, de malas caras, de «consejos» que no hemos pedido, de prejuicios y de tabúes. También hay momentos en los que te planteás si estás haciendo bien las cosas, dudas, inseguridades… pero puedo asegurar que vale la pena.
No hay recetas mágicas ni para que tu bebé coma, duerma, juegue o se desarrolle. Nadie mejor que vos con tu intuición de madre va a saber encontrar el camino para que tu bebé crezca en plenitud, con la certeza de que no está solo en esta vida, de que cuando necesita algo no debe llorar hasta deshidratarse para conseguirlo.
Cargá a tu bebé, no lo dejes llorar, dormí con él si así duermen mejor. Dale la teta cuando quiera y si te la agarra de chupete ¡mejor! Escuchalo, comprendelo, conectate con él y sus necesidades: estás formando un ser humano seguro de sí, que se sabe amado y respetado.
Estás criando un niño feliz y no hay mayor recompensa que esa.
Paola, Mami Kanguro
www.mamikanguro.com