Siendo adultos y viviendo entre adultos es poco probable que nos preocupemos por una mesa con esquinas cuadradas o redondas, generalmente adquiriríamos muebles de acuerdo a nuestros gustos y sin preocuparnos por dañarnos con la esquina de la mesa.

Siendo padres todo cambia y aunque existimos padres de todos los tipos, la mayoría queremos un ambiente seguro para nuestros hijos. Sin embargo siempre surge la pregunta ¿Hasta que punto es seguridad o es exageración? y es que sin lugar a dudas actualmente existen toda clase de objetos para proteger a nuestros hijos, tapones para los contactos de la corriente de luz, seguros para los cajones, para las puertas, para el refrigerador, para la taza del WC, puertas para las escaleras, esquinas de espuma para los muebles, tapetes, incluso hasta paredes o cascos para proteger a los niños de cualquier caída, entre otras cosas. Sinceramente no tengo la respuesta, mi experiencia con mi sobrino había sido muy diferente, él era muy obediente y nunca tomaba algo que no debía, no tuvimos que mover nada de lugar en la sala de casa de mi papá, todo se quedo exactamente igual, sus libros, sus películas, todo, quise hacer lo mismo en mi casa, pero en cuanto mi hijo descubrió mis CD’s gateaba con el objetivo de sacarlos y aventarlos, no podía detenerlo, le explicaba, le explicaba, me enojaba, le explicaba, pero él encontraba tan divertido hacer eso que termine guardando todo en una caja y alejándolo de su vista, en ese punto pensé en comprar un «corral» o unas rejas amplias que vi en Internet, la doctora nos dijo «Es mejor que haga una casa segura para su hijo y que él pueda explorarla y aprender a que lo límite a un espacio enrejado», cuestión de enfoques sin lugar a dudas, pero decidimos hacerle caso a la doctora y llenamos la casa con esquinas de espuma, con tapetes de espuma, con puertas en las escaleras, seguros para el refrigerador, el baño y otros lugares.

No tengo idea si exageramos, siempre creo que exagerar es forrar las paredes o poner cascos, no lo sé, tal vez busco justificarme, tampoco sabría hasta que punto hicimos lo correcto o no, después de todo yo crecí en una casa insegura y no me paso nada, pero a pesar de eso dudaba que pasara lo mismo con mi hijo y ese miedo nos hizo querer «Prevenir en lugar de lamentar».

Ahora me hice a la idea de la doctora de mi hijo, es mejor que los niños exploren, que experimenten, que investiguen, en un ambiente seguro a querer encerrarlos en una burbuja de cristal, claro que mi hijo se llegó a caer, obviamente no le dolía igual caer en el tapete que caer directo en el piso, aprendió a levantarse. Con tres años y medio estamos viviendo el proceso del aprendizaje en bicicleta, sabemos que se caerá, pero preferimos que lleve un casco y protección para que sea menos dolorosa la caída, repito, no sé hasta que punto sea exageración (y eso que esta ocasión no menciono nada de seguridad a la hora de comer, de dormir, al viajar en coche), lo único que sé es que como papás queremos que nuestro hijo aprenda y que aprenda mucho, pero mientras sea con el menor sufrimiento posible creemos que será mejor, tal vez nos equivoquemos, pero cada día hacemos un esfuerzo por buscar el bien de nuestro hijo.

Gracias por leer.