Una de las primeras cosas que llaman la atención cuando comenzamos a comprar artículos para el bebé, son esos adorables zapatitos tamaño mini-miniatura. Ni hablar de esos tenis, igualitos a los de papá, solo que tamaño Pulgarcito.
Entonces, nos vemos la hora de ver a nuestro adorable bebé usando sus más adorables zapatitos. Y nunca nos detenemos a pensar si -de alguna manera- estamos perjudicando el correcto desarrollo de sus piecitos.
Si el bebé no camina y pasa la mayor parte del tiempo acostado o sentadito, el zapato no es necesario. Con que sus piecitos estén abrigados, es suficiente. Calcetas abrigadas y escarpines, ayudarán.
Según afirma Javier Ferrer, podólogo español de Hospitales Nisa “calzar a un bebé, aunque resulte bonito es completamente perjudicial, ya que la estructura ósea de un niño tarda en consolidarse completamente. Así que si los cubrimos, cuando aún no se han desarrollado, estamos perjudicando su óptimo desarrollo”.
Cuando comienzan a caminar
Alrededor del primer año de vida, el niño empieza a andar, y es ideal que permanezca sin zapatos la mayor parte del tiempo, aún si está aprendiendo a caminar en la casa. Claro, esto no implica que camine descalzo si se vive en un clima frío. Hay calcetas gruesas con suela antiderrapante, que evita que el bebé caiga y se lesione.
En caso de necesitar calzado para salir de casa, lo más conveniente es elegir un calzado con suelas flexibles que le permitan sentir cualquier variación de terreno.
A tener en cuenta al comprar sus primeros zapatos para caminar
Que sean flexibles:
Los primeros zapatos con los que tu bebé se aventure al mundo, deben tener suelas suave, pero una horma (el interior) que contenga su pie sin dejarlo «bailar» o perdería equilibrio. Una vez que los tenga colocados, cerciórate que tiene la movilidad suficiente para mover su pie en todas direcciones y que su dedo grande no está oprimido en la punta del calzado.
Que permitan que el piecito respire:
El calzado de genuino cuero es una buena opción para permitir que el pie infantil respire. También son buena opción los de tela de algodón reforzado o de lona. Deja de lado los zapatos de plástico: garantía de pie con ampollas.
Finalmente, recuerda que el piecito de tu peque crecerá a ritmo desmedido y es probable que cada 2 o 3 meses, estés renovando calzado.
Last modified: 24 noviembre, 2013