< Querer recuperar el cuerpo que tenías antes de embarazarte no tiene nada de malo, siempre y cuando no recurras a métodos que dañen tu salud. Una buena nutrición, descanso y alimentación pueden ser la clave final. Aquí te damos 10 tips que te pueden guiar en la recuperación de tu cuerpo en el postparto. Recordemos que para algunas mamás este puede ser un tema crucial y -finalmente- no hay mamá que atienda mejor a su bebé que aquella que se siente en paz y armonía. 1- Paciencia

Ver tu vientre fláccido luego del parto te va a motivar para salir corriendo a hacer ejercicio. Momento: esto es imposible y poco seguro para tu integridad física. Siempre hablando de partos vaginales, algunas mujeres pueden empezar a hacer ejercicios a las dos semanas de parir, pero se recomienda esperar al primer control ginecológico postparto para checar que no habrá ningún inconveniente a nivel muscular. Obedece a tu doctor y no te impacientes: el cuidar de un bebé reporta mucho cansancio físico y no puedes gastar tus fuerzas en una sesión maratónica en el gimnasio.

2- Se positiva

Repítete que ahora no tienes las 24 horas del día para permanecer dentro de un gimnasio o haciendo running en un parque. El cambio llegará, lento pero constante. Los pensamientos positivos ayudan a mantener tu causa y te mantienen motivada.

3- Lactancia materna

Que la lactancia materna es buena para el bebé se sabe y no se discute. Pero entre otros beneficios para la mamá, la lactancia materna ayuda a reducir el tamaño de vientre de manera rápida y con cero riesgos para tu físico.
Si amamantas a tu bebé, puedes comer hasta 300 calorías extras cada día y las mismas serán eliminadas gracias a la lactancia.

4- Come bien

Si estás amamantando, tu cuerpo reclamará calorías extras para mantenerse en correcto funcionamiento: evita las grasas. Un nutriólogo te puede orientar sobre los alimentos más adecuados para esta etapa.

5- Agua, siempre despreciada

Para una nueva mamá, el agua se tiene que convertir en un gran aliado. El ser humano desprecia en demasía la oportunidad de mantenerse hidratado y las consecuencias van desde el estreñimiento hasta la modificación del metabolismo: se vuelve más lento, lo cual dificulta la pérdida de peso. Ten una botella con agua siempre al alcance de tu mano y recuérdate beber en todo momento: pronto se convertirá en hábito.

6- Cardio

Si bien la lactancia materna te ayuda a reducir el vientre y a mantenerte en peso, siempre quedará algo fláccido que solo puede ser eliminado en base a ejercicio constante: salir a caminar con tu bebé cargándolo en un portabebés o empujando su carriola, bailar con él en brazos (sé consciente de lo que te rodea para evitar accidentes), una clase de aeróbicos o saltar con una cuerda podrán tu ritmo cardíaco en sintonía y te ayudará a quemar calorías.

7- Abdominales

Los abdominales son el último escalón para lograr el regreso de tu antiguo vientre. No te sobre exijas y comienzan con tranquilidad. Unos 10 abdominales al principio serán más que suficientes para que tu cuerpo recupere la memoria.

8- Sueño reparador

Si, ya se sabe que es complicado un sueño 100% reparador teniendo un bebé en casa, pero pronto aprenderás cuáles son sus momentos de sueño y deberás dejar tus prejuicios de lado y hacer una siesta a su par, aunque sean la 10 de la mañana.
Cuando estamos muy cansado, nuestro metabolismo se hace más lento y como no tenemos voluntad para prepararnos una buena comida, terminamos comiendo chatarra. Esta doble y pésima combinación hace que el ejercicio acumulado se desperdicie, no veamos avances y nos desesperemos.
Aprovecha la visita de alguna abuela o tía que pueda entretener al bebé durante una hora o más, para que tu puedas reponerte.

9- Acepta y pide ayuda

Por mucho que deseemos ser las super mamás, super mujeres y demases “super” lo cierto es que debemos aceptar que solo somos humanas y debemos pedir ayuda.
Pídele a tu marido o a alguna de las abuelas del bebé que cuiden al bebé para que puedas ir al gimnasio, o para preparar comidas sanas para toda la semana: no es momento de empezar una dieta estricta o llenarte con carbohidratos de comidas rápidas.

10- No hay soluciones mágicas

Ni permitas que te las vendan. Puede tomarte algunos meses encontrar una rutina de ejercicios que te satisfaga y unos meses más empezar a ver cambios definitivos en tu silueta. Pero todo trabajo constante tiene su recompensa.