En cualquier época del año, debes tener determinadas precauciones con tu bebé. Pero en las semanas previas de Navidad, hay un agregado a considerar: el árbol y sus decoraciones.

El árbol de Navidad, con sus luces, brillos y ornamentos siempre es una fuente de curiosidad para tu bebé. Para que la fiesta no se interrumpa por algún contratiempo, te sugerimos seguir estas indicaciones:

Precauciones con el árbol de Navidad

Luces: las brillantes luces del arbolito pueden llegar a tener una elevada temperatura que, si bien, para los adultos puede resultar insignificante, si puede lacerar la piel de tu bebé. El sector del tomacorriente o enchufe también es de alto peligro, que estén fuera del alcance de tu bebé.

Peligro de asfixia: adornos pequeños, ganchos y minúsculas partes de las ramas constituyen un peligro de asfixia para tu bebé. Los regalos al pie del árbol, con lazos y moños de atractivos colores y contrastes, son un motivo de curiosidad para tu peque y de consiguiente asfixia.

Peligro de vuelco: la primera opción es colocar al árbol sobre algún mueble fuera del alcance del bebé, siempre que su tamaño lo permita. Otra opción, es tener algo parecido a un cerco o corralito, y así impedir que las pequeñas manitos lo toquen, con el consiguiente peligro de vuelvo. La precaución se debe extremar si es un árbol «natural», que con el paso de los días se va secando y su ramas pierden firmeza.

Peligro de alergia: tu peque puede resultar alérgico al arbolito, ya sea porque durante un año junto polvo mientras estuvo guardado o -si es «natural»- haya sido rociado con alguna sustancia para preservarlo por más tiempo y ésta, cause irritación en tu pequeño. Ambas situaciones se solucionan dejan el árbol un par de horas al sol, antes de proceder a su decoración.

Recuerda que estas indicaciones también las debes guardar si vas de visitas a otras casas, en donde es más fácil que te distraigas.

Imagen | Shutterstock