1- Cuna colecho: Practicando el colecho, te ahorras de comprar una cuna o puedes limitar su uso a la siesta diaria del bebé, esas que esperamos ansiosamente todas las mamás para darnos un baño decente y no contrarreloj o comer cuatro bocados sin interrupción.
Si el hecho de poner al bebé en tu cama te limita por temor a aplastarlo sin darte cuenta, esta cuna de colecho es ideal: el bebé se beneficia de estar junto a sus padres y los padres sienten que hay una mini barrera física y eso les da seguridad.
Recuerda que el colecho facilita la lactancia materna y que ambos son aliados para combatir la depresión postparto.

2- Pañal de tela: Los pañales son un ítem inevitable al momento de tener un bebé en casa. Y ya que gastarás dinero en ellos si o si, por qué no animarte a usar los renovados pañales de tela ?
El plus que se suma al del ahorro son los diseños modernos, novedosos y adorables. Y si tienes unos cuantos, no tendrás que lavar tan seguido y podrás decir sin pecar de exagerada que estás contribuyendo con el planeta.

3- Fular: El fular es un elemento de apego excelente. Te ayuda a vincularte con tu bebé y te permite una lactancia discreta cuando estás acompañada o fuera de casa.
Con el porteo, los latidos del corazón de madre y bebé se sincronizan, sus respiraciones se regulan y el bebé tiende a sufrir menos cólicos.
Un fular también puede ayudar a los bebés que nacieron con displasia en la cadera, a corregir ese trastorno y a no sufrir consecuencia a futuro.

4- Pezonera: El inicio de la lactancia puede dar lugar a alguna molestia en tus pezones. Si presentas grietas en los pezones puedes usar pezoneras para proteger y sanar tu piel sin necesidad de dejar de amamantar a tu bebé. El bebé continuará succionando sin problemas y podrás dejar de usarlas cuando la molestia pase.

5- Aspirador nasal: Un elemento a tener en cuenta, dado que durante las primeras semanas, es común que el bebé tienda a tener su naricita tapada, dificultando la respiración y su alimentación. Aspiradores como el Nosefrida permite que los propios padres utilicen su propia aspiración para retirar el moco de la nariz de su bebé. Y los filtros desechables impiden cualquier transferencia de bacterias.

6- Ropa de bebé: La cantidad que te sea posible. Siempre le pañal se puede filtrar o el bebé se puede ensuciar al ser alimentado. Cuanto más ropita de bebé tengas, menos visitas tendrás que hacerle a tu lavadora, algo indispensable si vives en un clima húmedo o durante la época de otoño e invierno, cuando es más difícil que la ropa se seque con rapidez.

7- Almohadón de lactancia: Esta almohada no solo es ideal para el momento de amamantar a tu bebé, también es un práctico apoyo para cuando el bebé este fuera de la cuna, en algún momento de juego o estimulación en el piso, también lo ayuda en el proceso de aprender a sentarse con apoyo.

8- Productos de higiene: el bebé debe tener su propio jabón, champú y toallón, dado que los productos que usamos los adultos suelen ser algo fuertes para su delicada piel. Junto a estos productos, recuerda tener una crema o aceite adecuado para masajes relajantes, previos a la hora de dormir.

9- Libro Bésame mucho (Carlos González): Ya sea tu primer o tu octavo bebé, cada uno es un mundo y la maternidad se vive de distinta manera. Carlos González es el autor de este maravilloso libro, el cual te ayudará a darle un enfoque de respeto y serenidad a tu maternidad.

10- Bouncer: Si bien el bouncer no es un artículo de primera necesidad para un recién nacido, te puede ser de utilidad para tenerlo cerca de ti cuando estés cocinando o en la sala de tu casa o en otro lugar, siempre sobre una superficie segura y con supervisión constante. Se vuelve mucho más útil cuando te toca estar todo el día sola con el bebé y así lo puedes trasladar a las distintas habitaciones que uses, sin necesidad de estar corriendo a tu habitación a checar si necesita algo.

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