Nos guste o no, nos toca empezar a ponernos al día con un nuevo vocabulario, en beneficio de nuestros hijos, quienes cada vez acceden más temprano a una computadora y a Internet.

Recuerdo que cuando las computadoras de escritorio se volvieron accesibles economicamente, el mayor problema de las madres era tener hijos entusiasmados con jueguitos todo el día. Pero Internet llegó, luego las conexiones de alta velocidad y como la maldad va 2 o 3 pasos delante de nosotros, nos desayunamos como el cyberacoso o cyberbulling, noticias de niñas que pensaban que se estaban encontrando con un galancito de su edad y la situación se descontroló y mejor no sigo así no nos deprimimos.

Lo dicho: no hay que preocuparse, hay que ocuparse. Se entiende la diferencia ?

Y nos toca aprender un nuevo concepto: control parental, distintas herramientas que los padres podemos utilizar para evitar que nuestros peques accedan a lugares inconvenientes en la red.

Por supuestos que estas ideas que te voy a compartir no te garantizan seguridad al 100% pero te ayudarán bastante para controlar los sitios que visitan tus hijos. Nada mejor que los propios ojos maternos (o paternos!) para ver qué están haciendo nuestros hijos en Internet.

Computadoras

Antivirus al día, tiempo medido frente a la misma (no pueden pasar toda la tarde en ella aunque hayan completado tareas escolares y hogareñas), contraseñas disponibles para mamá y papá y lista de webs permitidas a mano.

iPads, iPods y otras tabletas

Uso únicamente si los padres están cerca. Estos dispositivos implican demasiada libertad online y una gran posibilidad de contacto con extraños.

Teléfonos celulares

Con créditos solo para emergencias y no para textear toda la tarde a sus compañeros y amigos. Aquí, nuestros hijos han de comprender que el crédito telefónico cuesta dinero real.

Desconocidos

Así como cuando nosotros eramos pequeños y nuestros mayores no retachaban la cabeza con el «no hablas con extraños», lo mismo aplica para Internet: Facebook, Chats y WhatsApp solo con compañeros, familiares y amigos. Así reducimos el riesgo de algún disgusto.

Como comenté al principio, estas herramientas no son eficaces al 100% por si mismas. Nuestras presencia y vigilancia es irreemplazable.