24 agosto, 2016• byViviana Gonzalez
La preeclampsia es un trastorno potencialmente grave se caracteriza por hipertensión arterial y proteína en la orina. También puede ir acompañada de hinchazón de manos y cara, aumento repentino de peso (2 kilos o más en una semana), visión borrosa y dolor de estómago. Debes consultar a su médico si presentas cualquiera de estos síntomas. Afecta aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres embarazadas, primerizas en su mayoría. Por desgracia, la causa de su aparición sigue siendo desconocida.
Cómo sé si tengo preeclampsia
Si tienes preeclampsia leve, puede que no tengas ningún síntoma obvio, por lo que es poco probable sospechar que algo anda mal. Esa es una razón por la que es tan importante cumplir con todas tus consultas prenatales. En cada consulta, tu doctor debería tomar tu presión arterial y si tiene una ligera sospecha, mandará a realizar un examen de orina, para detectar una proteína relacionada con la preeclampsia, así serás diagnosticada y tratada rápidamente.
Riesgos
Si no se trata, puede causar problemas graves para la mamá y su bebé. Esta condición puede retardar el crecimiento del bebé y aumentar el riesgo de parto prematuro y desprendimiento de la placenta (la separación de la placenta de la pared uterina antes del parto).
Factores de riesgo
Puedes ser más susceptibles a la preeclampsia si tienes cualquiera de los siguientes factores de riesgo:
– Este es tu primer embarazo.
– Tienes sobrepeso.
– Tiene menos de 20 años, o más de 35 años.
– Tienes antecedentes familiares de preeclampsia.
– Ya tuviste preeclampsia en un embarazo anterior (alrededor del 20% de las mujeres que desarrollaron preeclampsia después de la semana 37 de embarazo, y hasta el 65% de los que lo desarrollan antes de la semana 29, tendrán esa chance de desarrollarla nuevamente).
– Tienes antecedentes personales de hipertensión arterial, enfermedad renal, o ciertas trombofilias (trastornos de coagulación sanguínea).
– Estás transitando un embarazo múltiple (gemelos o más).
– Eres afroamericana.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de su gravedad y de qué tan avanzado esté tu embarazo. Si desarrollaras preeclampsia severa después de 34 semanas de embarazo, el médico puede optar para inducir el trabajo o, si tu caso es leve, sólo tendrás que reducir tus actividades. Con esta última opción, tendrás que ver a tu doctor y hacer chequeos con más frecuencia, incluyendo ecografías y monitoreo de la frecuencia cardíaca fetal.
Sin embargo, las mujeres que desarrollan preeclampsia severa antes de las 34 semanas, pueden requerir hospitalización. Esto permitirá el control directo del bebé y se le permitirá madurar, lo que reduce el riesgo de complicaciones graves de salud relacionadas con la prematuridad.
Si desarrollas preeclampsia leve después de la semana 37 del embarazo, y tu cuello uterino ha comenzado a dilatar (un signo de que estás lista para el parto), el médico puede recomendar la inducción del parto. Las inducciones son a menudo capaces de frenar posibles complicaciones.
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Last modified: 13 junio, 2021