Diabetes gestacional

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La diabetes gestacional se produce cuando las hormonas del embarazo interfieren con la capacidad del cuerpo para regularizar el uso de la insulina, la hormona que convierte el azúcar en la sangre en energía, lo que resulta en altos niveles de azúcar en sangre. Cada año, hasta un 4% de mujeres desarrollan esta grave enfermedad durante el embarazo.

Aunque la mayoría de las mujeres con diabetes gestacional no tienen síntomas, un número pequeño puede experimentar hambre extrema, sed o fatiga inusitada.

Diabetes gestacional: ¿Quién está en riesgo?

Puedes ser más propensa a desarrollar diabetes gestacional si:

– Tienes antecedentes familiares de diabetes.
– Has tenido diabetes gestacional en un anterior embarazo (eso te da de un 35 a un 50 por ciento de posibilidad de volver a desarrollarla).
– Eres obesa.
– Tienes más de 30 años de edad.
– Anteriormente diste a luz a un bebé que pesó más de 4 kilos.
– Sufriste la interrupción de un embarazo en o después del segundo trimestre.
– Tienes ascendencia nativa americana afroamericano, hispano/latino, Islas del Pacífico o del Sur de Asia Oriental.

¿Cómo saber si la tengo?

Hay un momento crucial para checar si estás sufriendo este trastorno y tu médico lo controlará entre las semanas 24 y 28 de tu embarazo. Si tienes alguno de los factores de riesgo descritos antes, el médico puede optar por controlarte desde antes. Para detectarla, es muy probable que te den a beber un líquido azucarado y a continuación, te harán una prueba de sangre. Si tus niveles de azúcar en la sangre resultan altos, tendrán que hacerte una prueba más larga: te harán beber más líquido y el azúcar en la sangre se pondrá a prueba varias veces para determinar si realmente tienes diabetes gestacional.

¿Cómo se puede tratar?

Muchas mujeres que desarrollan esta condición pueden controlar sus niveles de azúcar en la sangre con dieta y ejercicio. De esta dieta, del 10 al 20 por ciento de sus calorías deben provenir de las proteínas, el 30 por ciento de las grasas, y el resto de los carbohidratos complejos tales como panes integrales o cereales. Si hiciste dieta durante dos semanas y tus nivel de azúcar en sangre no han vuelto a la normalidad, puede que tengas que inyectarte insulina durante el resto de su embarazo.

Los estudios han encontrado que las mujeres que desarrollan diabetes gestacional también pueden estar en riesgo de desarrollar preeclampsia, aunque la razón es aún desconocida.

¿Cuáles son los riesgos?

Sin el tratamiento adecuado, se corre el riesgo de dar a luz a bebés grandes (4 kilos o más), ya que gran parte del exceso de azúcar en la sangre de la madre termina por ir al bebé. Bebés más grandes son más propensos a sufrir lesiones en el parto durante el parto vaginal, ya que son más propensos a atascarse en el canal del parto. Debido a esto, los bebés grandes se hacen nacer vía cesárea , y tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas respiratorios e ictericia que otros recién nacidos.

Pero ya soy diabética y estoy embarazada!

Por desgracia, las mujeres con diabetes preexistente (y mal controlada o sin controlar) son de tres a cuatro veces más propensas que las mujeres no diabéticas de tener bebés con defectos congénitos del corazón o del tubo neural. Las mujeres con diabetes preexistente también tienen un mayor riesgo de aborto involuntario y muerte fetal. Afortunadamente, se puede reducir significativamente estos riesgos mediante el control de tu azúcar en la sangre antes del embarazo. Si tienes diabetes preexistente, habla con tu doctor antes de intentar concebir o si tienes la sospecha de estar embarazada.

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