Debido a recientes hechos trágicos, de público conocimiento (la masacre en una escuela en Newtown y la brutal violación y asesinato de una joven en Delhi, India, entre otros) la Federación Internacional para la Educación de los Padres (FIEP, por sus siglas en inglés) con sede en París, ha emitido una petición de educación parental universal.
La pregunta es «¿qué hacemos?», dicen los autores de la petición, no sólo es ¿»qué llevó a esos jóvenes a perpetrar esos crímenes atroces?, sino «¿qué soportes sociales faltaban en las vidas de sus padres que impidió que pudiesen buscar ayuda para sus hijos claramente problemáticos?».
Según una encuesta reciente de TIME/CNN (del 28 de enero de 2013) el 37% de los encuestados responsabilizó de la violencia con armas a las «maneras en que los padres crían a sus hijos», el mismo porcentaje que los que culpan a las «influencias de la cultura pop». Sólo el 23% de los encuestados culpan a la «disponibilidad de las armas».
La doctora Catherine Bernard, directora de SERFAC (Chennai), Mary Crowley, OBE, directora general de FIEP (Londres), y Eve Sullivan, fundadora de Parents Forum (Cambridge, Mass.), con décadas de experiencia en soporte parental y familiar, escribió esta petición e invitó a las personas y organizaciones de todos los sectores de la sociedad –empresas, gobierno y organizaciones sin ánimo de lucro- a apoyarla.
Las relaciones entre padres e hijos, fuertes y basadas en el cariño, la implicación adecuada de los padres en la vida escolar y social de sus hijos y la seguridad familiar se corresponden con las conductas positivas de los jóvenes. «Si las sociedades quieren mejorar la educación parental, deben examinar y mejorar cómo educan y apoyan a sus padres», dijo Bernard, Crowley y Sullivan.
Petición de una educación parental universal
En nombre de los padres y educadores parentales de todo el mundo, la International Federation for Parenting Education pide una nueva dedicación de las personas que integran organizaciones no lucrativas, empresas y gobiernos para el apoyo positivo para todos los padres.
Renovamos nuestro propio y sólido compromiso con los padres y otras personas en el papel de padres de los que dependen los niños del mundo. Para contrarrestar la comercialización de nuestras vidas, la mercantilización de personas y la violencia generalizada y profundamente enraizada en nuestras comunidades, debemos apoyar a los padres a reconstruir las bases de valores positivos, pensamiento y acción para sostener la vida familiar, en diversas formas y entre generaciones. Sólo haciendo esto en la política y la práctica, podemos preparar a los jóvenes para llevar unas vidas saludables, felices y productivas que todos queremos lograr.
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