Cada año, cuando los niños comienzan la escuela, los padres podemos sentirnos algo intranquilos: ya sea el primer día de tu hijo en el kinder o el inicio del quinto de primaria, siempre hay nuevos retos. La clásica imagen de los niños aferrados a sus padres a puro llanto (y/o gritos) en la entrada de la escuela, no es ajena a nadie.
Algunos niños van a empezar el año con facilidad, se despedirán sin problemas de sus padres e ingresarán tranquilamente, pero luego de unos dias o semanas, puede aparecer en ellos ese sentimiento de pánico que los más «lloroncitos» ya superaron. Algunos niños -incluso- puede desarrollar un real malestar físico por tener que asistir a clases.
Y algunos otros niños -simplemente- no quieren ir a la escuela. Esto se deberá a que se asustó por no saber qué va a pasar. Es nuestra obligación reforzar positivamente todo lo que le digamos. No uses «No tengas miedo», cámbialo por un «todo estará bien». Así estarás reconociendo sus sentimientos y él se sentirá comprendido por su mamá. Inmediatamente, asegúrale que irás por ir y ofrecele una actividad atractiva para luego del horario escolar, como una visita al parque, un paseo en bicicleta, etc.
Como dijimos, ya sea kinder o quinto de primaria, escuela nueva o no, todos los niños deben pasar por un proceso de adaptación.
Alejarse un poco de mamá y papá ayudará a que pueda crear un sano vínculo con sus compañeros y maestros.
Los padres debemos confiar en los maestros y en que su experiencia y apoyo serán decisivos en las vidas de nuestros hijos.
Last modified: 3 septiembre, 2013