El Senado francés ha aprobado la prohibición de los concursos de belleza para niños menores de 16 años. Este vanguardista hecho es parte de una enmienda al proyecto de ley sobre igualdad de género.

Las especificaciones de tal prohibición aún no se han hecho públicas pero se sabe que es un intento por preservar a las niñas de la actual hipersexualización. Las sanciones serían tanto para organizadores como para padres que presenten a sus hijas a tales concursos y las penas van desde días en la cárcel hasta multas por varios miles de dólares.

Una de las 197 senadores (contra 146) que votaron a favor, es la senadora Chantal Jouanno, quien ha escrito anteriormente un informe sobre la sexualización de los niños. Ella insiste que pequeñas modelando ropa interior o adolescente semi desnudas modelando jeans en publicidades o pasarelas atenta contra la dignidad del ser humano y es «un paso atrás en la lucha por la igualdad entre los sexos».

«Es extremadamente destructivo para una niña de entre 6 y 12 años escuchar a su madre decir que lo único importante es ser bella«, declaró Jouanno, «Estamos luchando para decir: Lo que cuenta es lo que tienen en sus cerebros«.

En lo personal, tengo repudio por estos concursos y por el programa «Princesitas» (Toddlers & Tiaras). Se me hace un programa absolutamente cruel, porque las niñas muchas veces son filmadas pidiendo dejar todo eso e ir al parque a jugar o comer algún dulce y la madre gritando «eso engorda».

Claro, la señora no se ha visto en el espejo y no es consciente de la obesidad mórbida que carga…

El último capítulo que logré ver y luego lo dejé asqueada, fue en donde aparecía un padre, quien era el encargaod de preparar a las niñas para el concurso dado que su mujer era la que trabajaba en la casa.

El mencionado padre lleva a su hijita menor a su concurso y la pequeña terminó en segundo lugar. La chiquilla estaba feliz en el escenario, con su corona y el padre abajo, repitiendo «no gano, no gano, bajará y le tendré que explicar que no gano«. Se imaginan la vida de esa criatura, cada vez que no responda a las altas expectativas de su padre?.

En otro capítulo la madre decía «los logros académicos no son tan importantes para nosotras». Y hasta cuando cree la señora que la belleza -artificial- de su hija le va a durar. Le dará de comer en unos 40 o 50 años, o antes?

Maquillarse, robarle los tacones a la mamá y los collares, todavía debería seguir siendo un juego de niñas… y no la feroz competencia disfrazada de reality que muestra este programa. Me da pena ver esas criaturas perdidas entre modistas, maquillajes y estilistas… alguna lloran, otras se quedan dormidas !

No sé, díganme exagerada, pero creo que ese tipo de concursos solo las lleva a resaltar en su vida la ambición, la vanidad y la banalidad. Hecho en los Estados Unidos, en donde siempre dicen estar tan al pendiente de los niños, para evitar cualquier tipo de abusos… esto… no califica como abuso infantil. Yo diría que si.

Por supuesto que prohibir los concursos de bellezas no es la única solución y siempre habrá gente que creerá que la belleza y los contactos sociales importan más que nada, pero este es un gran primer paso. Y ojalá -pronto!- otros países copien a Francia.