La mayoría de los padres no sabe qué hacer en una situación de berrinche y terminan llevándose al niño a rastras o recurren, para demostrar su autoridad, a las nalgadas, sintiéndose en el fondo el peor de los villanos. Los padres, temiendo que ese sea el inicio de una etapa caracterizada por la mala conducta, recurren a los especialistas alegando que su pequeño los tiene de cabeza y que no quieren recurrir a medidas que puedan afectar su desarrollo.
Este es un período común en el desarrollo de los niños ya que, desde el año y medio de edad, ellos descubren que tienen deseos propios y que éstos no siempre son satisfechos. Esto es un motivo de enojo y desesperación que suele desembocar en un berrinche. Los niños se pueden sentir frustrados cuando nadie les festeja una nueva gracia, un gesto amoroso o un triunfo alcanzado.
Cuando el pequeño siente que algo no lo puede realizar, se siente derrotado. En esta etapa aún no es capaz de soportar el hecho de sentirse inútil o torpe.
El niño, al no desarrollar un lenguaje con intención, recurre al llanto como principal expresión de comunicación. La madre va regulando las necesidades de su pequeño, dejando, en muchas ocasiones, la actividad que realiza, para atender su demanda.
Según los expertos, ante el llanto y la demanda del hijo, muchos padres se vencen por la ansiedad, lo que impide que en el pequeño se desarrolle lo que se denomina como frustración óptima necesaria, es decir, la que permite al niño poco a poco darse cuenta que no todo puede llegar de inmediato y encontrar la forma de tranquilizarse.
Los berrinches se relacionan con una época en la cual el niño se siente independiente, con deseos de autonomía y con un marcado egocentrismo. Se dice que a esta edad está desarrollando el ego (yo) y el negativismo (todo o casi todo es no).
El conocer todos estos factores es importante para realizar un buen manejo de los primeros episodios de berrinches, con el fin de evitar crear un mal hábito y saber controlar los próximos si se produjeran nuevamente.
Para que no gane la amenaza…
Cuando aparezcan estos episodios, hay que considerar la personalidad del niño y los cambios que en él se generan. Otros factores importantes: la sobreprotección, una disciplina demasiado estricta y rígida, el cansancio de los padres, la impaciencia y el mal humor.
Es importante que sepan que entre más temperamental sea el niño, más fuertes serán sus ataques de furia. Cuando están en medio de un berrinche, nunca se calmarán con largas explicaciones o amenazas. Lo único que conseguirían los padres es que se enoje más.
Se recomienda evitar:
1. Entrar en conflicto con los niños: Ponernos a su nivel hace que el niño lo tome como un ataque personal. Entre más calma exista en los padres, menos berrinches y menos estrés para el pequeño. Un niño estresado es un niño irritable y berrinchudo.
2. Cerrar puertas: Esto les genera más ansiedad y sensación de abandono.
3. Golpes: Es preferible contemplarlo sin palabras, para que entienda que no hay pleito. Muchas madres recomiendan que una nalgada a tiempo, sin que ésta lo lastime o humille, puede ser un correctivo efectivo más que un aviso de guerra. Pero en Mamás y Bebés NO estamos de acuerdo con ésta práctica.
4. Todo a su tiempo: No se recomienda enfrentarlo a actividades difíciles para su edad o capacidad, pues incrementan el nivel de frustración.
¡Auxilio! ¿Qué hago?
El trato que den los padres a los niños en esta etapa determinará si aumentan o disminuyen los berrinches con los años. En esos momentos pueden ayudarlo con respiraciones profundas, explicándole que no entienden cuando se pone así y que es mejor que se tranquilice para que lo puedan ayudar.
Otras medidas ofrecidas por especialistas:
1. Imposición y respeto de límites: Muchos creen que esto puede traumar a los pequeños; por el contrario: Cuando los límites no son puestos, los hijos pueden llegar a rebasarlos y así sacar a los padres de sus casillas.
2. Dejar que el niño haga el berrinche hasta que se canse: Si recordamos que no hay mal que dure cien años ni enfermo que lo resista, el pequeño será el primero en abandonar la causa cuando vea que no obtiene lo que quiere.
3. No, es no: Cuando ocurra el berrinche en un lugar cerrado, lo recomendable es cargarlo y sacarlo del lugar, lo que provoca que desaparezca el estímulo y entienda el sentido de nuestra negativa.
4. No perder el control de la situación: Mantener la calma; el autocontrol y la tranquilidad servirán de ejemplo al niño.
5. Aparentar indiferencia: De cualquier forma los intentos de diálogo no los podrá escuchar porque su llanto no se lo permite.
6. Ser firmes: Lo que no significa ser duros ni estrictos, sino el darle tiempo y lugar para que se recupere y no concederle lo que quería previamente.
7. Darle opciones: Para aumentar su autonomía se aconseja dar alternativas para que él elija dentro de un marco delimitado por los padres. Ejemplo: Hoy hay fruta de postre, ¿cuál quieres? Se come fruta y se da la opción de elegir.
Es importante sobrellevar este período con paciencia y sensatez. Nunca está de más el sobrellevar esta etapa con humor; total, las famosas rabietas y berrinches desaparecerán cuando el pequeño comience a madurar.
Conforme el pequeño se vuelva más autónomo y no los necesite para todo, será capaz de sentirse más independiente en su medio ambiente y podrá realizar más cosas con su cuerpo.
Es importante destacar que los berrinches son patrones de conducta normal en los niños pequeños, que ayudan a forjar su personalidad y su carácter. Por esto, se recomienda que el menor se acostumbre a intentar nuevos retos. Actividades tales como jugar con algo que los relaje a los dos o compartir más tiempo juntos dando manifestaciones de cariño. Y, lo más importante: devuélvanle la confianza en sí mismo, haciéndole sentir que ustedes se apoyan en él. Pedirle ayuda en cosas que pueda hacer es la mejor manera de decirle cuánto esperamos de él.
Asesoría a cargo de la Lic. Laila Anguiano, terapeuta infantil y conferencista exclusiva para Fisher Price en México.
Last modified: 3 septiembre, 2013
Muy buen artículo. Germán está en una etapa en donde todos los días nos pone a prueba midiendo hasta donde puede llegar con sus berrinches. Como todas los padres, hay días que estamos con más fuerzas o de mejor humor para salir airosos de uno de estos episodios y otros en los que queremos tirarlo por la ventana. Hasta ahora lo segundo fue solo pensarlo, jajaja
Ah Nancy, de pensar, yo pienso TANTAS cosas… menos mal que quedan en el pensamiento, que si no.. jajajajaaj
Pues yo recién empiezo con esto de los berrinches… hasta ahora no ha hecho ninguno muy grave, pero ya se nota cuando algo no le gusta o se siente frustrada… pondré en práctica los consejos!!
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el berrinche de mi bebe ya no solo se tira a el piso si no tambien golpea su cabesita en el piso, tiene un año. tomare sus consejos gracias
yo tengo un enano de 6 meses 1/2 pero tiene un temperaento muy fuerte a veces me saca de quicio y lo dejo solo llorando pero me da pena porq aun es muy pequeño