Hoy les quería escribir sobre los cargadores de tela: rebozo tradicional, cargador de anillas, fular -o rebozo largo-, mei tai, etc., pues quiero compartir con ustedes esta hermosa experiencia.
Son bien conocidos todos los beneficios de que una cría esté cerca de sus cuidadores, creo que hoy en día son muchas más las personas que ya saben que el contacto constante con el bebé es no sólo beneficioso sino vital para su desarrollo y que no es verdad eso de que “se va a embracilar”, “no te lo vas a sacar de encima”, “le estás haciendo un daño”, “déjalo llorar en su cuna, cochecito, etc. para que no se mal acostumbre a los brazos” o “le va a dar mamitis”.
Pero hoy me gustaría más hablar sobre los beneficios que tienen los cuidadores de un bebé -llámense idealmente, mamá, papá, o abuelos- al llevarlos constantemente en sus brazos.
Paz
¿Acaso no es verdad que la mayoría de nosotros deseamos saber constantemente cómo está el bebé? Llevándolo cerca de ti, puedes saber todo el tiempo si está respirando bien, si ya despertó, si ya es hora de que coma, o aún si está molesto por necesitar un cambio de ropa.
Alegría
¿Han visto esas hermosas fotos de madres pegando su nariz contra la naricita de su bebé?
No existe nadie más en este mundo en ese momento. En estos días he disfrutado enormemente de las bellas fotos que varias de mis amigas han compartido en internet. Ahí están ellas -y ellos también- cargando a sus bebés en hermosos trapos, pero lo que más sobresale es la cara de felicidad, ¿de quiénes creen?…
¡de los padres!
Estos momentos tan preciados de cercanía y dependencia absoluta pasan tan pronto, cual suspiro, pero dejan una alegría tan profunda que es difícil de explicar con simples palabras.
Seguridad
¿Alguien recuerda una triste nota donde a una mamá se le escapa de las manos inadvertidamente la carreola donde llevaba a su bebé? Con asombro todos vimos como se fue a las vías del tren y milagrosamente sale con vida.
Ese día pensé: qué bueno es poder llevar a mi hijo en el cargador de anillas. No se me escapa de las manos, nadie puede arrebatármelo, está seguro, está pegado a mi.
Estoy convencida de que hay más, pero creo reconocer el mejor de todos: Me hizo una mujer más segura de mi maternidad.
Si, puede sonar exagerado o cursi, pero saber que podía llevar a mi hijo en mis brazos todo el tiempo que ambos lo necesitábamos me hizo sentir muy plena, creo que debido a la relación tan cercana que comenzó a gestarse desde mucho antes. Una relación que los mitos y los comentarios -seguramente bien intencionados- a mi alrededor no medrarían.
Hoy en día que mi hijo ya no quiere ser cargado y que me dice la mayor parte del tiempo que “el puede solo” con dos años y medio, me confirman que esas teorías de que lo haría un ser absurdamente dependiente de mi, estaban más que equivocadas y me alegro de haber podido disfrutar al máximo esta fase en brazos que pasó en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué otros beneficios has recibido tú?
Tania
Xilpayatl
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