Si se le pregunta a una persona que lleva a su bebé mirando hacia el frente, por qué hace eso, seguramente responderá que desea que su bebé vea las mismas cosas que ella ve y que es una buena -y sencilla- forma de estimularlo.

Lo que esa persona debería saber es que cada experiencia a la que el bebé está expuesto activará una parte de las neuronas de su cerebro. Cuanto más frecuentemente se produce una experiencia dada, mayor es la conexión entre las neuronas activadas. (1)

Sin embargo, al igual que no hay razón para tratar de enseñarle a un recién nacido como patinar sobre hielo, ciertos tipos de estimulación son más adecuadas en las fases de desarrollo específicas. Para entender qué tipo de estimulación es adecuada y beneficiosa, tenemos que mirar el principales fases de desarrollo que un bebé pasa a través de su primer año. (1)

Entonces, llevar al bebé mirando hacia el frente, representa demasiado estímulo visual: demasiado para ver, demasiados estímulos que su pequeña cabecita aún no puede procesar, sumado a una terrible sensación de vértigo, es la primer razón para no llevar a tu bebé de frente.

Razones, una por una

Piernas: llevar a tu bebé en una mochila portabebés mirando hacia el frente obliga a que sus pequeñas piernitas queden colgando, recayendo en su área genital todo su peso y su columna también sufre con una postura poco natural y nada cómoda. Recuerda: sus piernas deben imitar a una ranita dobladas en un ángulo aproximado de 45° con respecto a su cuerpo.

Suelo pélvico: que las piernas vayan colgando por mucho o poco tiempo implica que -a largo plazo- las niñas sufran el prolapso uterino y como las paredes vaginales quedan debilitadas, desde el principio, las condenas a una vida sexual insatisfactoria. En ambos sexos, puede ser causante de incontinencia urinaria. (2)

Columna: al ir mirando hacia el frente, la columna del bebé toma la forma de S y no la que necesita para su correcto desarrollo, cuando forma un C, lo que solo se logra cuando el bebé va mirando hacia la cara o pecho de su porteador.

Espalda: como la columna del bebé va formando esa molestaS toda su espalda queda en tensión, lo cual puede traducirse en una interminable sesión de llanto, incomprensible ara ti, pero totalmente justificada para el bebé.

Espalda del porteador: si llevas a tu hijo mirando hacia el frente, la forma antinatural hace que te sea más incómodo y lo incomodo se traduce como más peso y más cansancio.

Llevar a tu bebé pegado a tu pecho no solo ayuda a calmarlo: ambos latidos y respiraciones se sincronizan y es un momento de unión bellísimo.

(1) Dr. Henrik Norholt, miembro de la Asociación Mundial de la Salud Mental Infantil.
(2) Efecto de las fuerzas sobre el crecimiento, desarrollo y mantenimiento del cuerpo humano, Barney F. Leveau y Donna B. Bernhardt, Terapia Física 12 (1984) vol. 64 no. 12