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No está de más decirlo otra vez: la piel de tu bebé es sensible. Para evitar problemas cuando el clima frío llega, sigue estos consejos.

Piel seca: el viento contribuye con la sequedad de la piel. Mantén a tu bebé hidratado (la deshidratación también puede ocurrir en invierno) y su piel estará intacta. No bañes a tu bebé todos los días y cuando lo hagas, usa un jabón lo más natural posible, especial para su piel. Una una crema hidratante después del baño ayudará.

Labios agrietados: los bebés son propensos a los labios agrietados durante invierno debido a la baba que eliminan lamiendo los labios. Consulta con su pediatra si puedes aplicarle los protectores labiales que se encuentran en los mercados.

Sarpullido: no es exclusivo del calor. Recuerda quitarle algo de abrigo cuando ya no estén en el exterior. Si ves a tu bebé acalorado, alivialo antes de que su sudor contribuya a la aparición del sarpullido.

Congelación leve: cuando la piel expuesta se vuelve roja y sensible. Viste adecuadamente a tu bebé: ropa abrigada, guantes en sus manos, gorro en la cabeza y unos abrigados calcetines. Y al regreso, un baño con agua tibia ayudará a ponerlo de buen humor.

Estos consejos también son válidos en las mamás. Cuida tu piel al igual que cuidas la de tu bebé.

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