Ser mamá y decidirse a trabajar en casa puede ser una decisión difícil de tomar y una vez tomada, puede ser complicada de mantener -cuando no estresante- especialmente, cuando tus hijos son pequeños. Pero una vez lograda la organización necesaria, encontrarás que trabajar en tu casa, cerca de tu familia, es la recompensa a tanto esfuerzo.

Para evitarte una frustración, es necesario que sepas que es más que imposible mantener un horario estricto cuando a niños involucrados, más aún, si están en etapa escolar. Así que desde ahora debes saber que en donde aparezca un imprevisto infantil, deberás interrumpir tu tarea, por mucho fastidio que esto te pueda ocasionar.

También ayuda:

– Buscar una «area de accion»: es dificil trabajar en tu propia habitacion, casi tanto, como trabajar en medio de los juguetes de tus hijos. La solución ideal sería poder trabajar en un area amplia como una sala-comedor, en donde tus computadora no se convierte en juguete de tus hijos y en donde tu puedas estar al alcance de ellos, si se presenta una situación riesgosa.

– Hacer una lista sobre los pendientes a resolver en el día, en la semana o proximamente, te ayuda a poner las actividades en perspectiva. Una columna para lo personal y otra para lo profesional, te ayudará a saber si primero necesitas poner una carga en el lavarropas o responder la llamada de un posible cliente.

– Establecer un «intento» de horarios: un horario para levantarse, desayunar, llevar los hijos a la guarderia o escuela, dejar la cena preparada, tiempo para trabajar y tiempo de investigación, ya sea para tu trabajo o para la tarea infantil.

– Trabaja cuando ellos descansan: si tu bebe aún toma 2 o 3 siestas al día, reservate esos momentos para trabajar. si tu hijo es mayor y ya comió y cumplió con sus quehaceres, premialo con algún juguete o película y sigue con tus pendientes.

– Si tu trabajo no avanza por tus sucesivas visitas a Facebook y Twitter, limita tu actividad en los mismos.

– Cuidado con las estafas: sitios que te pidan un dinero para ingresar a trabajar online con ellos, o a los cuales debas entregarles determinada cantidad de notas previamente, pueden ser sitios fraudulentos. No te arriesgues.

Trabajar en casa y no enloquecer: tu objetivo.

Instalar tu propia oficina en casa te obligará a hacer algunas inversiones o, cuando menos, unas modificaciones a lo que ya tienes. Debes contar con:

– Equipo inalámbrico portátil listo: ya sea Mac o PC, laptop, netbook, de -por lo menos- 15 pulgadas, para no cansar tu vista. Con lo que sea que vayas a trabajar, debes tener un prcesador de textos como el Office, aunque ahora Google Docs le está haciendo mucha competencia. Debes tener Firefox o Chrome para navegar (Internet Explore se usa cada vez menos) y cualquier otro software que necesites.

– Impresora, scanner

– Conexión de alta velocidad a Internet, como DSL o Cable: cuantos mas megas, mejor.

– Router inalámbrico.

– Línea telefónica con correo de voz no relacionada con la línea familia.

– Teléfono inalámbrico o auriculares inalámbricos para adaptar a un aparato telefónico alambrico.

Elementos de papelería

– Libreta

– Bolígrafos, lápices, resaltadores

– Bloc de notas

– Agenda (anota todo, para que confiar en la memoria!)

– Carpetas para separar distintas impresos

Tu espacio, tu mundo

El metro cuadrado o más que ocupe tu oficina, es tu lugar en el mundo. Mantenlo limpio y ordenado y enseñale a los más pequeños de la casa a que ese es tu trabajo y que por favor no toquen tus cosas.

Y recuerda que te puede llevar un tiempo encontrar el equilibrio exacto entre trabajar en casa y atender a tu familia, pero la paciencia y la constancia se encagarán de ir acomodando todo en su sitio.