Al iniciar tu lactancia materna, puedes encontrarte con algunas de estas dificultades. Muchas mamás se enfrentan a estos problemas, pero la falta de apoyo y el cansancio que conlleva atender a un bebé recién nacido, hacen que terminen desistiendo de este importante vínculo.

Pero no te preocupes! todas tienen solución, con algo de voluntad y constancia. Aquí te comentamos los tres problemas más comunes de la lactancia materna y cómo resolverlos.

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Mastitis

En el tiempo en que tu bebé aprende a succionar y tu, a darle el pecho correctamente, pueden taparse algunos de los conductos de la leche y provocarte congestión mamaria o mastitis. Esto le pasa a una gran mayoría de madre y se debe corregir prontamente.

Si notas un bulto duro en tu pecho, sensible al tacto, puede resultar un conducto obstruido. Si tienes fiebre y el cuerpo adolorido, es posible que estés experimentando una mastitis.

Los conductos suelen destaparse con el simple hecho de pegar más tiempo el bebé al pecho. Eso y combinar estas técnicas, te puede ayudar a superar la mastitis con rapidez:

1- Un baño caliente o el agua lo más caliente que tolere tu piel, cayendo directo sobre tus senos, alivia la congestión.
2- Paños calientes en los pechos, cuando el bebé no esté succionando, también ayuda a la descongestión de la zona.
3- En la medida en que tu molestia te lo permita, masajea el pecho en el mismo sentido en que la leche fluye -o sea- hacia el pezón.

Si luego de probar alguna o todas estas técnicas no encuentras real alivio, deberás acudir con alguna profesional de la lactancia o con tu médico.

Pezones agrietados

De cualquier molestia, esta es la más molesta.

Pezones agrietados o ampollados harán que la succión del bebé sea molesta. Ten en cuenta que la causa fundamental de este problema es la mala postura o mal cierre que el bebé hace sobre tu pezón. Asegúrate de que tu bebé succionando toda la areola y no solo del pezón (lo cual provocará dolor de inmediato).

Nuevamente, recibir la ayuda de una especialista en lactancia puede marcar toda la diferencia y una sola cita puede hacer la diferencia entre continuar con tu lactancia materna o no.

Infecciones

Muchos bebés desarrollan candidiasis bucal (candida albicans también conocido como muguet oral) que es un crecimiento excesivo de hongos en la lengua. Esto se puede transmitir al pecho de la mamá y llegar a ser muy doloroso. Este tipo de candidiasis es muy habitual en los bebés y es de fácil control.

Dado que en la mayoría de ocasiones la infección se contrae a raíz de lo que los niños se llevan a la boca, la mejor forma de prevenir el muguet oral es con una adecuada higiene de todos los productos que utiliza el bebé. Si el niño toma únicamente lactancia materna no hay ningún problema, ya que la madre únicamente debe seguir su higiene habitual de la zona del pecho, que es la parte que está en contacto con la boca del niño. No se recomienda utilizar para la higiene del pezón ni alcohol ni otras sustancias agresivas que pueden favorecer la aparición de grietas. Con agua y jabón neutro durante la ducha es suficiente.

Ahora bien, cuando el niño toma biberón o hace uso del chupón es recomendable el lavado frecuente de las mamilas, esterilizándolas también cuando se trata de un bebé muy pequeño.

Si tienes dolor durante y después de amamantar que no se mejoró con la técnica correcta de posicionar al bebé, deberás visitar a tu médico, para iniciar un tratamiento. El tratamiento es sencillo y debe implementarse lo antes posible, para que no sea un círculo vicioso de contagio entre mamá y bebé.

Recuerda que el asesoramiento y apoyo de un profesional de la lactancia, muchas veces es crucial. No dudes en buscar uno en tu ciudad.